ESCUCHA ACTIVA


Comunicación Eficaz
La comunicación eficaz nos permite ser más asertivos y empáticos a la hora de comunicar nuestros pensamientos, sentimientos y conocimientos y obtener de los otros la respuesta adecuada.
Desarrolla la habilidad del buen hablante
  • Piensa lo que quieres decir,
  • se preciso,
  • presenta una idea a la vez,
  • asegúrate que te han entendido,
  • Cuando quieras transmitir un mensaje, se descriptivo y lógico, no emotivo,
Escuchar Activamente:
            Es la habilidad de escuchar con todos los sentidos,  no sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo.
Elementos que facilitan la escucha activa
§         Disposición psicológica: prepararse interiormente para escuchar.
§         Observar al otro: identificar el contenido de lo que dice, los objetivos y los sentimientos.
§         Expresar al otro que le escuchas con comunicación verbal (ya veo, umm, uh, etc.) y no verbal (contacto visual, gestos, inclinación del cuerpo, etc.).
Habilidades para la escucha activa:
§         Para llegar a entender a alguien se precisa cierta empatía, es decir, saber ponerse en el lugar de la otra persona  y  entender sus motivos.
§         Es escuchar sus sentimientos y hacerle saber que entendemos lo que siente.
§         No se trata de mostrarse alegre o simpáticos.
§         Sin embargo, no significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro. Para demostrar esa actitud, usaremos frases como: "entiendo lo que sientes", "noto que..."
Elementos a evitar en la escucha activa:
§         Evitar distracciones.
§         No interrumpir al que habla.
§         No ofrecer ayuda o soluciones prematuras
§         No rechazar lo que el otro esté sintiendo, por ejemplo: "no te preocupes, eso no es nada".
§         No contar "tu historia" cuando el otro necesita hablarte.
§         No contra argumentar. Por ejemplo: el otro dice "me siento mal" y tú respondes "y yo también".
§         Evitar el "síndrome del experto": ya tienes las respuestas al problema de la otra persona, antes incluso de que te haya contado la mitad.
§         Verifica con tus propias palabras lo que la otra persona te acaba de decir. Ejemplo: "Entonces, según veo, lo que pasaba era que...", "¿Quieres decir que te sentiste...?". Esto ayuda a comprender lo que el otro está diciendo y permite verificar si realmente se está entendiendo y no se está  malinterpretando lo que se dice.
§         Emitir palabras y gestos que refuercen  el interés por lo que se esta escuchando. Algunos ejemplos serían: "Esto es muy divertido"; "Me encanta hablar contigo" o "Debes ser muy bueno jugando al tenis". Otro tipo de frases menos directas sirven también para transmitir el interés por la conversación: "Bien", "umm" o "¡Estupendo!".
§         Resume lo que haz escuchado. Esto permite informar a la otra persona que hemos recibido el mensaje o que no hemos entendido el mensaje y que lo que nos están diciendo necesita de mayor aclaración. Expresiones de resumen serían: - "Si no te he entendido mal..." - "O sea, que lo que me estás diciendo es..."
- "A ver si te he entendido bien...." Expresiones de aclaración serían: - "¿Es correcto?" - "¿Estoy en lo cierto?"
Aspectos que mejoran la comunicación
  • Al criticar a otra persona, habla de lo que hace y no de lo que es. Las etiquetas no ayudan a que la persona cambie; más bien refuerzan sus defensas. Un ejemplo de hablar de la persona sería: " Eres un inútil. Te olvidaste otra vez  de sacar la basura. "; mientras que hablar de lo que hace sería: "no sacaste la basura. Últimamente no lo estas haciendo".
  • Discutir los temas de uno en uno, no traer varios temas a la discusión. Por ejemplo: se discute sobre la impuntualidad del niño o el adolescente, para reprocharle también que es un despistado, un olvidadizo y que no hace las sus tareas.
  • No acumules emociones negativas sin comunicarlas. No comunicar las emociones pueden producir estallidos que nos conducen a una hostilidad destructiva.
  • No hables del pasado. Rememorar situaciones ya pasadas, o sacar a relucir los "trapos sucios",  no aporta soluciones y provoca sentimientos negativos. Hay que dirigir las energías hacia el presente y el futuro. El pasado se debe utilizar en forma constructiva, como referencia para reforzar conductas positivas.
  • Se específico, concreto, preciso, a la hora de comunicar algo. Cuando el mensaje tiene estas características provoca cambios. Cuando el mensaje no es específico, concreto y preciso rara vez se moviliza alguna actitud o sentimiento en la otra persona.  Si por ejemplo, nos entusiasmamos con un proyecto de teatro  y deseamos que los muchachos participen en el, no le diga esto: "No me hacen caso", "Me siento frustrado (a)", "Nunca quieren participar en nada" Aunque esta formulación exprese un sentimiento, la propuesta no es específica y no promueve un cambio.  Sería apropiado añadir algo más. Por ejemplo: "¿Qué les parece una reunión en la biblioteca a las 6 de la tarde, para hablar y discutir juntos sobre la conveniencia o no de hacer la obra de  teatro?
  • Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son ciertos y tienden a etiquetar. Es diferente decir: "últimamente te veo algo distraído", que decir "siempre estás en las nubes". Para ser justos y honestos, para llegar a acuerdos, para producir cambios, resultan más efectivas las expresiones del tipo: "En ocasiones", "Algunas veces", "Frecuentemente". Son formas de expresión que permiten al otro sentirse valorado.
  • Sea breve y conciso. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado como un ignorante o un deficiente.
  • Cuidar la comunicación no verbal: gestos, actitudes, tono de voz, etc. Los gestos y actitudes deben  ir acorde con lo que se está diciendo.  Decir " ya sabes que te quiero" con cara de fastidio dejará a la otra persona peor que si no se hubiera dicho nada.
  • Contacto visual. El contacto visual debe ser frecuente, pero no exagerado.
  • El tono emocional debe adecuarse a la situación. Se trasmite a través del tono y el volumen de la voz, este  no debe ser muy alto ni muy bajo.
§         Elegir el lugar y el momento adecuados. En ocasiones, un buen estilo de comunicación, un modelo coherente o un contenido adecuado pueden no ser efectivos  si no se elige un  momento adecuado para transmitir un mensaje o entablar una relación.  Si vamos a criticar o pedir explicaciones debemos esperar a estar a solas con nuestro interlocutor. Si vamos a elogiarlo, será bueno que esté con su grupo u otras personas significativas.



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