Las convulsiones febriles son una respuesta del cerebro ante la existencia de fiebre y se producen habitualmente en niños sanos de entre seis meses y cinco años de edad, siendo más habituales en niños de entre 1 y 2 años. Es una situación muy angustiante para los padres, por eso es importante que sepamos qué debemos hacer en caso de crisis. Suelen ocurrir durante el primer día de fiebre en infecciones virales derivadas del catarro, infecciones de oído o gastroenteritis. No están únicamente relacionadas con la fiebre alta, puede aparecer en temperaturas a partir de 38º C. El niño pierde bruscamente la conciencia, se pone rígido y su cuerpo comienza a sacudirse (todo o algunas partes), o se queda completamente flácido, o bien lo uno seguido de lo otro. Su boca se pone morada, con la mandíbula rígida, como encajada, y la mirada perdida. El cuadro es realmente desesperante. Su duración puede variar de segundo a minutos, generalmente menos de cinco minutos, pero...